Lo que realmente sucedía es que para ella el mundo había empezado a girar sin que estuviera en él. Se sentía apartada, solitaria, encerrada en sí misma, indiferente a lo que la rodeaba, sin que nada pudiese hacerla alegrarse profundamente, llora...
La realidad cotidiana de mi vida. Qué fastuosa manera de referirse a ese nudo de contradicciones, a ese rompecabezas donde faltan piezas, a ese rostro en el espejo, tan confuso que espanta.
Bien se nota que nunca ha sido humano: no tener destino es lo mismo que estar perdido en medio un tiempo infinito que nunca acaba.
Señores y señoras, estoy aquí ante ustedes para revelarles un atisbo de verdad, antes de reiniciar mi eterno viaje: todo esto es un sueño de embriaguez, una pantomima, un tinglado, con su millón de marionetas de cachetes colorados y pelo de lana...