Ian colgó el teléfono y me besó. Me apretó más fuerte contra su cuerpo y con su mano libre me tomó del cuello, sin ninguna prisa. Sus labios jugaron con los míos, su lengua paseaba con ligereza por mi boca, suavemente metió su mano bajo mi su...
Por no haber sabido hablar conforme a lo ordenado, tendréis distinto modo de vivir y diversa comida. No viviréis ya en comunión plácida; cada cual huirá de su semejante, temeroso de su inquina y de su hambre, y buscará lugar que oculte su torpe...
Nos enseñaron desde niños cómo se forma un cuerpo sus órganos sus huesos sus funciones sus sitios pero nunca supimos de qué estaba hecha el alma
El suicidio seduce por su facilidad de aniquilación: en un segundo, todo ese absurdo universo se derrumba como un gigantesco simulacro, como si la solidez de sus rascacielos, de sus de sus acorazados, de sus tanques, de sus prisiones no fuera más q...
—Rojo… Fuego… Sus miradas chocaron de nuevo mientras sus resuellos se entrelazaron. Con lentitud, ella se deshizo de los guantes, atrapó la cremallera de su chaqueta de cuero consiguiendo que el ruido metálico, al bajar poco a poco, resonara ...
Él estaba dispuesto a prometerle a cambio cualquier cosa: ser su esclavo, su sombra, el tapete que pisara. Ella podía golpearlo con el látigo de sus insultos, con el dorso de su desconfianza, horadarlo con sus celos, y él no se iría. No se iría...
Por última vez en la vida se preguntó si había malgastado su amor en una mujer que solo daba su amor hasta que llegaba el momento de retirarlo. Apartó el pensamiento de su cabeza. Había entregado su corazón esta única vez en la vida y se consi...
Aun en aquel estado, en la frontera entre sus dos mundos, Casandra supo que estaba sonriendo. Así que cuando una de aquellas diminutas estrellas se adelantó en su dirección, dejó que su alma la envolviera. Otra ráfaga de imágenes surgió de ell...
Una rosa se despertó en su sangre y ensombreció sus mejillas. Un agitado aliento separó los pétalos de sus labios, que temblaron. Sobre ella sopló algún viento sur de pasión y movió los delicados pliegos de su vestido
...pero sé que hay hombres buenos y malos, y que estos reflejan en su dios, predicando falsamente en su nombre, sus propias miserias.
La mujer que no hace del hombre su súbdito, su esclavo, ¿qué digo?, su juguete, y que no le traiciona riendo, es una loca.
Y jamás se mostraba tan formidable como después de pasar días enteros en su sillón, sumido en sus improvisaciones y en sus libros antiguos.
Woo-jin Lee: Mister. Are you alright? What happened to you? Saewoon Apartments, Eung-am building 8. Take care of him. Dae-su Oh: Thank You. Woo-jin Lee: Not at all. Well, then. Farewell, Oh Dae Su. Dae-su Oh: Farewell, Oh Dae Su.
Diciendo esto besó mi frente y me abrazó como si no quisiera soltarme nunca. Enterré mi cara en su pecho, mientras él inclinaba su cabeza hacia abajo para presionar su mejilla en lo alto de mi cabeza. Mi cuerpo temblaba a horrores, estaba nervios...
Ella contuvo la respiración y él se tragó el suspiro con otro beso. Su cuerpo se estremecía por la necesidad de desnudarla, follarla otra vez, de poseerla por completo. No era solo su cuerpo lo que quería, eso ya le pertenecía, quería su misma...
Infinito —y no histórico— es Aquiles por su cólera y su amor, independientemente de que haya o no existido; como infinito será Cristo por su impracticable filosofía, regístrelo o no la Historia. Esas metáforas, esas imágenes, pertenecen a ...
Dae-su Oh: Can 10 years' worth of imaginary training... be put to use? Dae-su Oh: [Dae-su beats up his assailants] Apparently, it can.
Dae-su Oh: Can the imaginary training of fifteen years be put to use? Dae-su Oh: [Dae-su tries to sexually assault Mi-do and gets clobbered] No. It can't.
Hay gente que se enamora de los pájaros. Te enamoras de su canto, de sus alas, de su forma de volar o de cazar. Entonces te lo quedas y lo encierras en una jaula de madera. Lo miras cada mañana, le sonríes, pero el pájaro deja de volar, de cazar,...
Quisiera que todo el mundo supiese que no ha habido héroes anónimos. Eran personas con su nombre, su rostro, sus anhelos y sus esperanzas, y el dolor del último de los últimos no ha sido menor que el del primero, cuyo nombre perdura. Yo quisiera ...
N:"Espera ¿me dijiste ángel?" - pregunté. P"¿Y si lo hice?" N:"No me gusta." El sonrió abiertamente. P:"Entonces lo dije. Ángel." N:Él se inclinó en la mesa, levantando sus manos hasta mi cara y rozó su pulgar en la esquina de mi boca. Yo me...