El conocimiento pasa de la maestra a la estudiante mediante un proceso denominado mane. Aunque este término se traduce a menudo por "imitación", el aprendizaje de la danza va más allá de la simple copia y exige una profunda identificación. Repetimos los movimientos de la profesora hasta que somos capaces de reproducirlos con exactitud o hasta que, en cierto modo, nos hemos impregnado de su maestría. Si deseamos expresar lo que hay en nuestros corazones, la técnica artística debe incorporarse por completo a las células de nuestro cuerpo, algo que requiere muchos años de práctica.