—Sí, pero solo eso. Cada caricia, cada beso, cada momento compartido por los dos, preciosa…, nada de eso fue fingido. No quería fingir contigo. Quería que cada experiencia contigo, cada momento, fuese absolutamente real. Eres la primera persona a la que he dejado entrar en mí, la primera que ha visto quién soy yo de verdad entre tanta mentira. —Bajó el volumen de su voz al mínimo—: Eres la primera persona a la que he amado en toda mi vida, Alayna. Y sé que serás la última.