Y que, si queremos ser personas felices, debemos ser, primero, mujeres felices: diosas, apariciones luminiscentes, oráculos. No por gusto todas las culturas ancestrales representaban a la mujer como la luna y al hombre como el sol. Ella es misteriosa por naturaleza. Tiene un lado oscuro al que nadie ha podido llegar. Y a la vez es tan predecible que tiene calendario de apariciones (y desapariciones). Él, en cambio, sale cuando quiere. No existe calendario solar, pero si protección n solar. Y vaticinios de su brillo.