—¡Dios mío!, no quiero ser de esas personas que se sientan y hablan de lo que van a hacer. Simplemente voy a hacerlo. Imaginar el futuro es una especie de nostalgia. —¿Qué? —pregunté. —Te pasas toda la vida encerrado en el laberinto pensando en cómo escapar de ahí y lo fabuloso que será; imaginar ese futuro te mantiene con vida, pero nunca escapas. Solo utilizas el futuro para huir del presente.