Por desgracia, él no se conformaba con besarme, siempre quería meterme la mano por debajo del jersey. Yo no se lo permitía porque pensaba que ya había tiempo para eso. Una opinión que él no compartía. Por eso, en una fiesta de confirmandos, me...
Joshua se quedó asombrado. Pero no tan asombrado como yo por lo que acababa de decir. No hacía ni veinte horas que había plantado a Sven en el altar, ¿y ya quería salir con un tío sólo para verle reír?