Olvidamos todo al final. No recuerdo la primera vez que respiré, pero sí cuando estuve a punto de dejar de hacerlo. No recuerdo a la última persona a la que mentí ni a la última que le dije un atisbo de verdad. No recuerdo los sueños esperanzadores ni las pesadillas desoladoras. No recuerdo las veces que he llorado y mucho menos las que he reído. No recuerdo cuándo las cosas perdieron el sentido ni si alguna vez lo tuvieron. No recuerdo nada de lo que ocurrió después del verano de 2008. Solo hay algo que nunca podré olvidar: Hollow Hallows, el lugar que desapareció. Ahora, nadie sabe nada de esa isla condenada. Yo sí y esta es su historia