«En lo que se refiere a Dios hay que creer, no razonar», decía Herbert. «Si razonas, Dios se esfuma como una bocanada de humo.»
¿Sería así toda la Historia? ¿La que se aprendía en el colegio? ¿La escrita por los historiadores? Una fabricación más o menos idílica, racional y coherente de lo que en la realidad cruda y dura había sido una caótica y arbitraria mezcla d...
Eso era la historia, una rama de la fabulación que pretendía ser ciencia.
...escribir lo que no se había vivido, lo que sólo se había querido vivir, era también una manera —cobarde y tímida— de vivirlo...