En toda guerra el odio da lugar a más odio, la crueldad es correspondida con más crueldad y llega un momento en el que es difícil decir cuándo empezó la vorágine del «ojo por ojo», y calcular si uno de los dos bandos ha infligido más sufrimi...
—Cuando me ponga en contacto con usted le propondré que nos tuteemos, ¿le parece? —Encantado de haberte conocido.
Es como si al acomodarnos en el interior del vagón en movimiento quedásemos encapsulados, fuera del mundo, limitándonos a verlo transcurrir plácidamente a través de las ventanillas.