Quise vivir un cuento dentro de mi tragedia y no recordé que los cuentos son cortos.
—Un segundo mirando tus ojos es un sueño cumplido. Y ambicioso, porque mi mirada quiere seguir varada en tus luceros por la eternidad. —Eres la chica a la que hablaré por horas y horas de mis problemas y me hablarás por días y días de soluci...
—NOTA DEL CARTERO— Carta recibida por: Leire Castellán. La abrió sonriendo al leer su nombre. Al leer la segunda línea el alma se le partió en mil pedazos. La carta también, porque limpió sus lágrimas.
—NOTA DEL CARTERO— Carta recibida por: Adam Lee. La abrió pensando en qué palabras le dedicaría. Y la cerró quedándose sin palabras.
Tu corazón está bombeando mares de dolor. Tus manos son mensajeras y tus ojos un espejo. Y yo el registro. ¿Esto volará por el cielo?" No. Ya voló y se perdió. Y los pájaros que volaron cerca se convirtieron en cuervos de tanto dolor que sus a...
<> No. Ya voló y se perdió. Y los pájaros que volaron cerca se convirtieron en cuervos de tanto dolor que sus alas batieron.
Ahora me pregunto si sueñas conmigo y me sostienes para que las progresiones de nuestras memorias sean amables y las pesadillas se mantengan a raya. Adam, ahora me pregunto si no fuiste solo un sueño que vino a arrebatarme la realidad. Y, aunque so...
Una última cosa que quiero que sepas es que si algún día amaneciera nublado, te recordaría mirándome y ya no necesitaría del sol. Te extraña y necesita de tus miradas, Adam.
En cierto modo, en esas experiencias pude ver el lado bueno de las palabras crueles; las palabras que usaron para extinguir mis sueños me hicieron cicatrices, de eso no hay duda. Pero en esas cicatrices decidí ver caminos blancos—sonrisas de luna...
Te recité un poema de Bécquer y tú me dijiste: —¿Por qué no escribiste un poema solo para mí? Mi respuesta fue: —Porque tú ya eres mi poema. Viendo tu rubor, me acerqué a ti. Te susurré: —Aquí tienes el resumen de las estrofas. Y te b...
Adam Lee: has recolectado los fragmentos de mi corazón roto y les has dado brillo a cada uno. Y a pesar de que quedan fisuras, esas fisuras son las carreteras por las que podemos transitar tomados de la mano. Eres la esperanza hecha realidad. Y yo j...
— No. No cuando estás conmigo. — Me apretaste la mano y bajamos a la oscuridad y me quedé viendo tus ojos—. Lo que sí me aterra es bajar cuando hay luz en mi vida. — Entonces, mi amado Adam, seguiremos volando.
Estoy consciente de que habrá una última carta—es la desdicha y el destino de toda historia de amor (y quizá lo que las distinga como tales)—pero jamás, JAMÁS, habrá un último recuerdo.